viernes, agosto 22, 2014

Reflexiones mundialeras


Ésto estaba olvidado en algún lugar de facebook, cosas que uno saca de la guata


Mi mundial parte cuando Chile clasificó, desde ese momento comencé a soñar con la posibilidad de ir, vivir y sentir desde cerca el fútbol del mundo. A un mes del comienzo del mundial mi único plan para hacerlo era el futón de casa con la manta de siempre y chocolates, muchos chocolates. Pero la vida una vez más me puso encima una sorpresa, la posibilidad de viajar a Brasil e ir al primer partido de Chile. Ahí estuve, sin antes vivir un par de aventuras: días sin bañarnos y duchas en los terminales, horas de viaje, cortes de camino, varios países... todo eso, con 5 personas que conocía, pero estaba reconociendo. 


Uno de los momentos más emocionantes fue entrar al Arena Pantanal, ir con la convicción de un triunfo, con la sorpresa de ver gente de todo el mundo, con el privilegio de quedar en una buena ubicación de suerte, con las ganas de cantar, la emoción del himno nacional (a pesar de creer que la patria es un invento) y gritar los goles del triunfo (... y salir en las trasmisión oficial de la FIFA) definitivamente una experiencia para mi historia. Poder disfrutar de las bondades de Brasil, de sus playas, de Río que amé tanto y su gente, de Copacabana... de los partidos de Chile en el Fan fest, son innumerables las experiencias.



Volví a casa (a Argentina) con la derrota de Chile, con las risas de esos brasileros que se burlaban de nuestra tristeza, cuando todos juntos abrazados vimos los penales, con ese sabor amargo de creer que se podía más. 
Llegué, soñando con la posibilidad de que Argentina -el país en el que vivo-, me diera la experiencia de vivir la felicidad de ser campeones del mundo. Mi ilusión llegó hasta la final, pero no fue. En Argentina dicen que "no hay sensación de derrota" y en mi libro de aventuras escribo una página más. 



El Mundial de Brasil 2014 que trajo nuevas y buenas experiencias, el mundial que le contaré a mis hijos, el mundial que me trajo cosas buenas a mi vida y a mi corazón. El fin de un Mundial vivido, como se vive... a concho!